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Cómo Incrementar la Productividad Laboral

Cómo Incrementar la Productividad Laboral

La productividad laboral se puede definir como el aumento o disminución de los rendimientos de una organización, originados de las variaciones de trabajo, el capital, la técnica y cualquier otro factor; la comunicación es uno de esos factores clave para incrementar la productividad laboral. Lo idóneo es que las comunicaciones organizacionales sean más efectivas, que se manejen las diferencias y los conflictos con madurez y que se establezcan equipos sólidos de trabajo para alcanzar con éxito los objetivos organizacionales.

Ahora bien, las organizaciones por lo general están conscientes de esta situación y aunque parezca paradójico, los esfuerzos que se han realizado no logran los resultados deseados. A menudo se señala como origen del problema que la información no llega desde los estratos superiores hasta la base de la organización, que existen problemas en las relaciones interpersonales y escasa comunicación entre los diversos departamentos y además se trabaja en islas que no tienen una visión compartida. ¿Le parece conocido o lo ha oído antes?

Como hemos señalado anteriormente, la comunicación efectiva se inicia cuando logramos escuchar con atención; normalmente oímos y no escuchamos; por lo tanto, el arte de escuchar con atención debería ser tomado muy en cuenta como parte de la cultura Organizacional. Las estadísticas señalan que más del 80 % de las personas no escuchan; es posible que no sigan instrucciones, no se comuniquen de manera efectiva y trabajen el doble, que no entiendan lo que quieren sus clientes, tanto en la venta de productos como la prestación de servicios.

Para lograr una comunicación efectiva se deben de organizar las ideas y los pensamientos para lograr mayor coherencia a nivel verbal. A veces es preciso crear un glosario con las palabras que la empresa utiliza a menudo, para facilitar las comunicaciones entre el personal. También es necesario, que el lenguaje corporal esté en sintonía con el verbal, en otras palabras, “que la cara ayude”. Cuando se logra la sincronización del lenguaje verbal con el corporal se crea la plataforma ideal para ser más asertivo en las comunicaciones laborales. También es necesario asegurar que el mensaje trasmitido fue entendido en su totalidad.

Expresarse en forma clara y precisa no es suficiente. Cada ser humano es un mundo y puede tener puntos de vista diferentes a los nuestros. Por lo tanto, es vital observar y aceptar para entender y conocer cómo piensan los demás. El aceptar no es una sumisión, es entender que tenemos que manejar esas diferencias con mayor asertividad para evitar entrar en conflictos estériles e innecesarios que contribuyen a incrementar el estrés y propician un mal clima organizacional.

Es imperioso accionar en vez de reaccionar. Al conectar nuestra lengua al cerebro antes de hablar, logramos elegir las estrategias con mayor madurez y con mejor impacto en la productividad laboral. Los resultados de la organización dependen en principio de ese conjunto humano que la compone y que se aglutina ya sea en equipos o grupos de trabajo; establezcamos las diferencias entre ambos. Un equipo es un pequeño grupo de personas con habilidades suplementarias y están comprometidos con un objetivo en común y una forma de trabajo que sostiene la responsabilidad de cada uno.

Los miembros del equipo deben estar conscientes que el individualismo no contribuye para lograr resultados superiores. Un grupo de trabajo son dos o más individuos que trabajan en forma independiente para alcanzar un objetivo global y pueden o no trabajar uno al lado del otro en el mismo departamento, no se apoyan entre ellos y se centran en sí mismos.

Cuando se trabaja en equipo se logra establecer una comunicación integral y se manejan las diferencias y los conflictos con madurez, se desarrolla la denominada exteligencia, es decir utilizar la inteligencia que surge como resultado de la interacción, logrando así un aprendizaje en conjunto y al final se crea la plataforma ideal para crear equipos de alto desempeño.

Los miembros del equipo colaboran juntos y utilizan su talento y experiencia para contribuir al éxito de los objetivos. Un equipo de alto desempeño no se crea por decreto o una instrucción autoritaria. Es necesario que el equipo madure para crear la tan anhelada sinergia de equipo. La sinergia viene del vocablo griego “Synergo” que significa “cooperación” o trabajo en conjunto.

Es necesario que el equipo tenga una visión clara y compartida a fin de lograr resultados superiores. En pocas palabras, se logra la sinergia cuando el equipo de trabajo logra resultados superiores a la suma de los esfuerzos y capacidades individuales. Otro aspecto valioso a tomar en cuenta es la creación de principios de trabajo. Estos principios o valores son elementos de la cultura empresarial, propios de cada compañía y que obedecen al deseo o voluntad del empresario, a la estrategia u orientación del negocio y al compromiso como parte de la vida cotidiana de la empresa; estos valores los comparten tanto la cabeza de la empresa como sus empleados.

De forma breve podríamos señalar algunos atributos que merecen ser tomados en cuenta para incrementar la productividad laboral: Poseer una cultura orientada al desarrollo permanente. Definir el perfil de las personas que más calzan con la empresa. Identificar las personas que puedan ocuparse de supervisión. Invertir en información y en herramientas para ayudar a los gerentes de primera línea. Definir y alinear los roles y responsabilidades de cada persona con las metas necesarias para lograr los objetivos. Proporcionar a los empleados metas claras que los ayudan a concentrarse en los resultados. Buscar la innovación y la coordinación correcta entre las estrategias y los procesos ya existentes. Los desaciertos constituyen una fuente de aprendizaje, y la comunicación abierta, el trabajo en equipo, y los riesgos adoptados, ayudan a manejar los planes de innovación.

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